Esta es la historia de dos hermanos que fueron separados al nacer. Uno se llamaba Cupido y lo escondieron en un bosque porque Júpiter, su futuro jefe supremo, quería asesinarlo al prever el mal de amores que ese bebé causaría en el universo. El otro se llamaba Escupido y lo criaron como hijo único y esperanza única de los enamorados. Esta es la historia que nunca te han contado del Día de San Valentín.
Cupido sobrevivió gracias a que fue amamantado por generosas fieras salvajes, que creyeron en su talento de casamentero. Aunque, con el pasar de los años, se vio obligado a buscar alimento por sí mismo. Ese día, poseído por una fuerza sobrenatural, arrancó una rama verde de un cedro y talló un arco y una flecha, sin siquiera saber qué era un arco o una flecha. En la punta de esta última, esculpió un corazón porque su punta filosa era perfecta para atravesar el corazón de un apetitoso cisne, al cual le disparó. Y el flechazo enamoró al cisne…
Paralelamente, Escupido creció en el Monte Olimpo, recibiendo un tetero con leche sagrada en las tres comidas. Aunque, con el pasar de los años, se vio obligado por mandato de sus padres, a caminar a la nevera sacra para servirse por sí mismo. Ese día, poseído por una fuerza gutural, sustrajo de sus pulmones una flema verde y la llevó a su lengua para moldear un viscoso corazón. Luego, abrió el refrigerador bendito y disparó el pegajoso proyectil en el interior de una botella de leche, la cual estaba reservada para el desayuno de los dioses del Panteón Romano. Era su protesta y nunca se imaginó que un sorbo del corazón mucoso en vez de enfurecer a sus padres, más bien produjo una orgía de deidades…
Ese mágico momento en que Cupido descubrió el poder de sus flechazos y Escupido el de sus escupitajos afrodisíacos, ocurrió en distintos lugares pero en un mismo día. El mismo día que la humanidad estaba siendo amenazada por un peligro que no conocía.
Venus, la mamá de ambos bebés, era la Ministra del Amor, la Belleza y la Fertilidad. Ella se destacó por darle un gran impulso a la belleza no solo porque ordenó que fuera subjetiva, sino porque logró un acuerdo con el dios Baco, para que el alcohol hiciera bellos a los inconformes. Su máximo esplendor estuvo en el campo de la fertilidad y la mejor prueba de ello es el exceso de humanos en este planeta. No obstante, en el amor… en el amor las cosas nunca le salieron bien.
Marte, el papá de ambos querubines, era el Ministro de Guerra. Su liderazgo y carisma fueron pieza fundamental para que la pequeña Roma ampliara sus fronteras, y de esa forma se convirtiera en el Imperium Romanum, donde reinaba la pizza y el espagueti. Incluso Júpiter, deidad suprema de la tríada capitolina, lo consideraba su natural sucesor; no sobra decir que Júpiter era inmortal y nunca iba a dejar el poder, pero al menos lo consideraba su natural sucesor. No obstante, en el amor… en el amor carecía del éxito que tenía en la vida profesional, pese a estar casado con la diosa del amor…
Ante esa disyuntiva, Marte y Venus abrieron una multimillonaria licitación para subcontratar la gerencia del amor, a la cual se presentaron Cupido y Escupido. Los candidatos eran diametralmente opuestos, al igual que sus propuestas. Cupido opinaba que el amor era un juego que necesitaba de reglas claras; Escupido aseguraba que en el amor y la guerra todo se vale, al punto que logró unir en matrimonio a la diosa del amor con el dios de la guerra. Cupido pensaba que los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus; Escupido visionaba al hombre complementando al hombre, mujer con mujer, hombre con hombre y también mujer a hombre del mismo modo en el sentido contrario.
Y como el amor no entiende razones, Escupido fue contratado para el cargo, mientras Cupido fue desterrado, una vez más, al bosque vecino del Monte Olimpo, sin que los hermanos al menos supieran que eran hermanos. Eso quiere decir que si hoy estás celebrando el Día de San Valentín, se lo debes a un escupitajo afrodisíaco y no a un flechazo que atravesó tu corazón.
Yo sé, crees que te estoy mintiendo. Piensas que esta historia me la acabo de inventar. El amor es el sentimiento más puro que existe y no solo es desagradable que yo lo haya comparado con un escupitajo, sino también es insultante, ¿cierto? Pero, ¿te conquistó quien se desvivía por ti, o quien te ignoró?, ¿te cautivó quien te llamó incontables veces, o quien no te llamó pese a haberlo prometido?, ¿te enamoró quien te regaló una serenata para invitarte a salir, o quien te trajo una serenata para pedirte perdón? Acéptalo, el escupitajo afrodisíaco es la base de tu peligroso amor.
Hasta una próxima verdad humanamente irracional, Amigos de lo Salvaje.
Lucano Divina
Comandante Macondo de la Revolución Animal
Selvas de Suramérica, febrero 14 de 2013
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