¿QUÉ TIENE TERMINATOR QUE NO TENGA JAMES BOND?

Ambos están entrenados para matar. Ambos son virtualmente indestructibles. Ambos tienen versiones buenas -T-800, Sean Connery- y malas -T-X, Timothy Dalton- de sí mismos. Ambos han cumplido misiones heroicas de trascendencia mundial.

Pero James Bond tiene un mejor publicista, al punto que ha logrado posicionarlo en la opinión pública como un seductor espía al servicio secreto de su Majestad, mientras que Terminator ha sido estigmatizado como un simple matón del futuro. James Bond es conocido por ser un sinónimo de elegancia, mientras Terminator ha sido minimizado como un burdo 'harlista'. James Bond ostenta un saludo icónico -"Bond, James Bond"-, mientras Terminator nunca pudo hacer cuajar el suyo -"Minator, Terminator"-.

Aunque lo más paradójico de estas valientes vidas paralelas, es el hecho que Terminator es infinitamente más poderoso en aquellas áreas donde James Bond ha adquirido su popularidad y prestigio. A continuación les revelaré información confidencial, solo para sus ojos, sobre el secreto mejor guardado del agente secreto:

License to kill: James Bond tiene la misma licencia para matar que le otorgaron a McDonald's o a Marlboro, porque se considera que su habilidad para impedir que un científico loco manipule los misiles de Estados Unidos (al igual que la habilidad para vender hamburguesas baratas y cigarrillos para la digestión) está por encima de la vida de cualquier Dr. No. Es por eso que el célebre agente 007 tiene el visto bueno gubernamental para jalar el gatillo cuantas veces y a quienes considere conveniente, para que todo arsenal nuclear esté siempre fuera del alcance del tercer mundo y cerca de un tipo como Bush.

En cambio, Terminator no necesita el permiso de nadie para decir "Hasta la vista, baby."

El mejor agente secreto: Al menos eso asegura Bond y su agencia MI6, aunque tendría más sentido si se le denominara el mejor agente fantoche. Salvo, claro está, que en las distintas misiones nadie haya notado que invariablemente se moviliza en autos lujosos, luciendo un impecable esmoquin a la medida, acompañado de esculturales Hembras humanas y armado hasta los dientes con su mayor ventaja: innumerables gadgets como un lapicero-pistola, un reloj-laser, un cigarrillo-proyectil, un anillo-cámara y hasta un pezón falso. La realidad es que al mejor agente secreto es más fácil encontrarlo en forma de jardinero o empleada del servicio, quien luego de espiar la vida de sus patrones se las cuenta a los otros jardineros o empleadas del servicio.

Asimismo, Terminator no necesita de gadgets para ser un buen agente porque él mismo es un gagdet y del futuro. Es lo que Q siempre ha soñado con diseñar algún día.

Chicas Bond: Tal vez este sea el argumento más sólido a favor de 007, porque ningún otro Macho humano ha convertido a sus ex-novias (tantas y tan selectas) en una marca registrada con su apellido. Además, es admirable que después de incontables relaciones sexuales nunca haya contraído una enfermedad venérea, ni que haya dejado Jaimitos Bond regados por doquier. Sin embargo, antes que un casanova, es un vividor. Cada vodka martini 'shaken, not stirred', cada apuesta millonaria en una partida de bacará, cada Aston Martin destrozado son presupuestados como sus gastos de representación. En pocas palabras, Bond vive de los autos del gobierno y de los viáticos de la agencia de espionaje; lo cual puede funcionar como anzuelo de conquista, no obstante al poco tiempo logra que una Hembra lo abandone y prefiera rehabilitar a un chico malo, a un villano que maneja dinero mal habido, pero dinero propio al fin y al cabo.

En el campo del apareamiento, Terminator no es tan contundente porque posee una entrepierna asexuada como Ken, el eunuco de Barbie. Empero, el día que desee exterminar la fama de galán del agente 007, sólo debe enviarle una Terminator curvilínea a que lo seduzca y lo atrape en una afilada vagina dentata.


En conclusión, las mencionadas fortalezas de Terminator en el fondo son intuidas por la humanidad, pero les dan poco crédito. Creen que un cyborg y un humano no pueden ser medidos con el mismo rasero. Lo curioso del asunto es que no existe un humano más humano que Terminator. Es un androide que anhela poder llorar, reír... sentir. Y no hay nada más humano que desear convertirse en lo que uno no es.

Hasta una próxima verdad humanamente irracional, Amigos de lo Salvaje... I'll be back.

Lucano Divina

Comandante Macondo de la Revolución Animal

Selvas de Suramérica, febrero 09 de 2012

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