¡FELIZ PUTALLOWEEN!

♪♫ ¡Triqui triqui Putalloween quiero sexy-enfermeras, sexy-policías, sexy-diablitas, sexy-angelitos, sexy-calabacitas para mí, y si no hay sexy-brujitas, sexy-monjas, sexy-sirvientas, sexy-fantasmas para mí, ya no se me crecerá la nariz! ♬♪

Después de entonar a todo pulmón el anterior cántico, en la franja nocturna del 31 de octubre, al Macho humano se le cumple por una noche y solo por una noche un deseo reprimido: ver por doquier a un sinnúmero de Hembras vestidas como bailarinas de un club de striptease. Aunque lo especial del espectáculo, radica en el hecho que esos atuendos son lucidos por las mismas Hembras que el resto del año denigran de las que se visten así.

El ojo no entrenado podría creer que solo ve a una enfermera con falda más corta y medias encogidas, a una policía que nada más quiere hacer alusión al efecto erótico del poder y hasta a una sexy-Darth Vader que únicamente busca transmitir lo atrayente que es el lado oscuro de la Fuerza. Pero lo cierto es que ni en un hospital, ni en una estación de policía, ni tampoco en la Estrella de la Muerte se ven uniformes tan apretados; en cambio, en un bar de nombre tipo Chicas Calientes Strip Club, dicha indumentaria es obligatoria para las trabajadoras que buscan atraer las miradas lujuriosas de la clientela masculina.

El Putalloween es una fiesta precedida por el Halloween, un evento diurno que cumple la función de desmitificar los héroes que los niños puedan tener. Todo porque luchar contra el crimen, como Batman, deja de ser atractivo cuando tu mamá te acompaña para asegurarse que nadie te haga daño. Luchar por la justicia, como Superman, deja de ser atractivo cuando te compraron la imitación china del disfraz y tus amigos se burlan llamándote Fuperman. Luchar por el amor de una princesa, como Super Mario, deja de ser atractivo cuando descubres que es poco probable que ella se enamore de un fontanero. Luchar por el planeta con elegancia, como James Bond en smoking, deja de ser atractivo cuando la tierna abuelita que te regalará dulces te pregunta: "¿Y tú, bonito, de qué viniste disfrazado? ¿De mesero? Tráeme la cuenta y te doy chocolates de propina."

Pero tanto el Halloween como el Putalloween, tienen en común que son eventos que le otorgan al humano la posibilidad de experimentar la vida de otro, aunque sea brevemente, para entender lo que le intriga. En la tarde, los niños comprenden a través del ejercicio de hacerse pasar por un héroe, que la valentía es muy mal paga, porque solo da dulces baratos y estatuas olvidadas. En la noche, las Hembras humanas intentan descifrar los bajos instintos masculinos, interpretando personajes que han hecho famosas a las strippers y a las actrices porno.

Por tal motivo, en las noches de todo 31 de octubre, desde hace poco más de treinta años, existe un pacto entre Hembras humanas donde se da vía libre para lucir públicamente un disfraz de un sex shop, para convertirse en quien siempre juzgan pero sin destruirse las unas a las otras por atreverse. Es una licencia similar al 'Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas' o el que reza 'No me acuerdo... estaba borracha', con el propósito científico de comprender por qué un escote vale más que mil palabras.

Y así, cuando el reloj marca la hora para que los niños se duerman, una inocente fiesta de disfraces siempre se convierte en una fiesta de disfraces fetichistas. No se vuelve extraño ver caminar a una Hembra en ropa interior, medias de malla y orejas de conejo; incluso en las autodenominadas tímidas y recatadas, que se vuelven el centro de atención por dejar de ser tímidas y recatadas. Por una noche (y por 'una' debe entenderse el día en que cae Putalloween y el jueves y el viernes y el sábado), no permiten ser dominadas por las inseguridades, dejando de esa forma florecer la actitud que los tabús censuran y por la que los Machos humanos se babean.

Al tiempo, las Hembras humanas todas las veces redescubren una peculiar paradoja: Putalloween funciona mientras se celebre no más de una vez al año. Cuando la novedad se vuelve costumbre, la suma de faldas diminutas+moral que prueba la inmoralidad+alcohol+alcohol+alcohol deja de ser especial para el Macho humano. Hay que darle sorbos, sin quitarle la sed. Pero, en esencia, él nunca debe percatarse que esa Hembra sexualmente abierta y creativa puede ser tan real como el Superman que baila con ella.

Hasta una próxima verdad humanamente irracional, Amigos de lo Salvaje.

Lucano Divina

Comandante Macondo de la Revolución Animal

Selvas de Suramérica, octubre 27 de 2011

* Si te apetece un delicatesen de estupideces humanas, la recomendación del chef es que leas su libro ‘El Príncipe Azul abre puertas, el Bufón abre piernas’, el cual encuentras en iBooks, Amazon, Google Play y Kobo (English version available).

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