“¡Calladitas se ven mejor!”, ese fue el pensamiento predominante de los televidentes de la pasada transmisión de Miss Universo, en el momento que a las candidatas les tocó responder una serie de preguntas intrascendentes. Minutos antes había un encarnizado debate sobre cual poseía las mejores condiciones para la reproducción: “Ucrania es preciosa, pero es la típica Barbie”, “Holanda es preciosa, pero no parece de Holanda”, “Jamaica es preciosa, pero es muy langaruta”, “Colombia es preciosa, pero cuando está seria parece belfa”, “Estados Unidos no es preciosa, pero es la anfitriona”. Donde sí hubo consenso fue en implorar silencio, al instante que las aspirantes a la corona abrieron sus bocas.
Fue el pico más alto de rating y de morbo del programa. Fue cuando las burlas compartidas en las redes sociales explotaron. Fue cuando las diosas poseedoras de esculturales cuerpos volvieron a ser humanas; de hecho, es cuando se transformaron en maniquíes: figuras perfectas acompañadas por cabezas llenas de aserrín. Sin embargo, ¿son así de tontas? Las que lucharán por la paz mundial, ¿son así de tontas?
Ahora bien, preguntémonos primero: ¿la inteligencia debería ser un requisito en una competencia cuyo propósito esencial es encontrar a la Hembra humana más bella? ¿Por ‘bella’ debemos entender un concepto más amplio e integral que abarque clase, porte, seguridad, intereses económicos del dueño del concurso, inteligencia y atractivo físico? ¿Si la candidata tiene todos los ítems anteriores menos el último, tendría posibilidades de lucir la corona que la distinga como ‘la más bella’? ¿En los concursos de inteligencia a los participantes también se les exige desfilar en bikini, aunque solo importe que sean inteligentes?
Supongamos por un momento que la dinámica de la pregunta intrascendente es válida para medir la capacidad de raciocinio y la cultura general de una reina de conocimientos belleza. ¿Cómo crees que te hubiera ido a ti en un reto similar? No hablo de responder desde el sofá de tu casa, hablo de hacerlo con escasos veintidós años, luciendo un ajustado vestido que a duras penas te deja respirar, desde una tarima que medio mundo está criticando y teniendo tan solo contados segundos para pensar lo que vas a decir. Es más, hagamos el ejercicio de recordar varios escenarios parecidos que ya afrontaste, para que juzguemos si tu inteligencia salió a relucir:
Escenario n.° 1: La respuesta suicida
Lugar: La casa de los suegros
Pregunta: “¿Cuáles son tus intenciones con mi hija?”
Respuesta: “Quiero que sea la madre de mis hijos. Pero sin sexo. Se lo juro, suegro. Yo nunca irrespetaría su confianza. Aunque la inseminación artificial es muy costosa. Bueno, quiero lo que quieren todos los hombres, con la diferencia que lo mío es en serio”.
Escenario n.° 2: La respuesta cliché
Lugar: Oficina de Recursos Humanos
Pregunta: “¿Por qué deberíamos contratarlo?”
Respuesta: “Porque daré lo mejor de mí para hacer el mejor trabajo, aunque suene como frase de cajón”.
Escenario n.° 3: La respuesta inconclusa
Lugar: Un sitio público para minimizar las probabilidades de un escándalo
Pregunta: “¿Todavía me amas?”
Respuesta: “Es una pregunta muy difícil. Estoy confundido (¿al igual que Confucio cuando se inventó la confusión para salir con una confuciana más joven?)”.
Escenario n.° 4: La respuesta ignorante
Lugar: Un cóctel
Pregunta: “¿Supiste que se suicidó Robin Williams?”
Respuesta: “Uy, no, hasta ahora me entero. ¡Qué lástima! Me pone muy triste la noticia, pero lo recordaré siempre en cada una de sus canciones. Yo soy su fan desde que era uno de los Back Street Boys”.
Escenario n.° 5: La respuesta pseudo-filosófica
Lugar: Tu cama
Pregunta: “¿Tú y yo qué venimos siendo?”
Respuesta: “Somos no… ¡cof!, ¡cof!… ami… ¡cof!, ¡cof!… somos el complemento el uno del otro, porque la mujer complementa al hombre, hombre con hombre, mujer con mujer y también mujer a hombre del mismo modo en el sentido contrario”.
Las evidencias son contundentes: las reinas de belleza son menos tontas que tú. Ellas también han dicho respuestas suicidas, clichés, inconclusas, ignorantes y pseudo-filosóficas; pero al menos pueden excusarse en los nervios o en que les hacen preguntas que no están hechas para ser contestadas en corto tiempo. ¿Cuál es tu excusa?
Hasta una próxima verdad humanamente irracional, Amigos de lo Salvaje.
Lucano Divina
Comandante Macondo de la Revolución Animal
Selvas de Suramérica, enero 30 de 2015
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